Tener una propiedad, cualquiera que esta sea, en Chapinero es una ganancia, una muy buena ganancia. Y es que con esto, se es dueño de algo en uno de los sectores más cotizados de la ciudad (por su localización, su fácil acceso, su transporte y por los servicios que se puede encontrar allí).
Comprar una casa en Chapinero sin duda alguna significa tener un gran espacio disponible. Hay que recordar que esta zona es tradicional e histórica, y las construcciones que se levantaron en la primera parte del siglo pasado fueron hechas para personas con mucho dinero, que podían costearse grandes extensiones de tierra, muchas de las cuales siguen en pie.
Las casas en muchos de los sectores de Chapinero, como en la Zona G, o en la Quinta Camacho, o La Porciúncula, pueden transformarse en locales, restaurantes o tiendas. Y gracias a sus grandes extensiones, pueden continuar siendo usadas como viviendas.
Muchas casas de esta localidad son de precios altos, en tanto la zona es muy apetecida por todos los beneficios que pueden existir al estar allí y porque se reconoce como un sector con gente con importantes recursos económicos.
Pero en Chapinero prima la diversidad, y no solo porque es gay-friendly, sino también porque tiene zonas muy costosas y otras que pueden serlo menos. Esto se debe a las transformaciones de los habitantes que llegaron a los barrios, que en un principio eran los más adinerados de la ciudad, pero que ahora han dado paso a comerciantes y a personas de clase media.
Ejemplos de este fenómeno son: los Barrios como barrio El Retiro, Nogal y y del el Chicó Alto , que son lugares residenciales que conservan una arquitectura imponente y por consiguiente costosa. Y por otro lado, barrios como La Porciúncula, El Chicó, si bien siguen teniendo precios altos, son más económicos con relación a los demás.